Es de saber público que el brote de COVID-19 en Shanghái ha tenido días de alta tensión y que se ha agravado recientemente muy rápidamente. Las autoridades chinas siguen apostando por su estrategia «covid-cero». Si bien persisten las dudas sobre si Shanghái puede ganar esta difícil batalla, estamos seguros de que las autoridades no capitularán a corto plazo ante la variante ómicron.
Para entrar en contexto dejaremos una serie de puntos claves, publicados por sitio web bbvareserch.com
PUNTOS CLAVE
- Se ha impuesto un confinamiento a gran escala en Shanghái. Sin embargo, no creemos que las autoridades de China cambien al modo de «coexistencia» para hacer frente al estallido de Shanghái antes de junio.
- Es probable que se produzca uno de los tres escenarios tras el confinamiento de Shanghái en abril y mayo. En nuestro escenario base, el confinamiento será efectivo y se espera que la ciudad lo finalice en junio como pronto.
- Aunque en este momento es difícil predecir la perspectiva de crecimiento bajo estos tres escenarios, tratamos de estimar los costes económicos en tales situaciones.
- El confinamiento de Shanghái ha afectado la cadena de suministro global a través de tres canales: producción, logística y canales de bienes intermedios.
- Por último, utilizamos un conjunto de indicadores de alta frecuencia para controlar la situación en Shanghái de manera oportuna.
Teniendo claro que este hecho afecta de forma directa la cadena de suministro global, daremos un vistazo al escenario que se plantea. Debido a la propagación de la variante ómicron, Shanghái, con 25 millones de habitantes y un peso vital para la economía del país, sufre la peor ola desde la originada en Wuhan hace más de dos años.
EL ENORME ATASCO EN EL PUERTO DE SHANGAI POR EL CONFINAMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS PARA AMÉRICA LATINA Y EL MUNDO.
Decenas ciudades chinas se encuentran estos días bajo confinamientos parciales o totales, después de un nuevo auge en casos de coronavirus en el gigante asiático que amenazan la controvertida estrategia de «covid cero» de las autoridades.
Si hablamos de cifras, en 2021 representó el 17% del tráfico de contenedores de China y el 27% de las exportaciones de China, y ha sido el puerto más grande del mundo durante los últimos 10 años, según reseña en su publicación digital @eldiario
Sin embargo, el confinamiento al que está sometida la ciudad dificulta la llegada de los camiones que tienen que llevarse las mercancías por carretera o distribuirlas a las fábricas cercanas. Muchas, como la de Volkswagen o Tesla tuvieron que parar sus actividades.
«Las restricciones afectan principalmente a las carreteras que llegan y salen del puerto, lo que resulta en una acumulación de contenedores y una reducción del 30% en la productividad», explica Mike Kerley, gestor de inversiones de la firma Janus Henderson.
A esto se suma la escasez de trabajadores portuarios que tramitan los documentos necesarios para que los barcos descarguen su mercancía o la inspeccionen previamente.
El primer problema son los barcos, se acumulan enfrente de la costa y en los canales alrededor del puerto a la espera de luz verde.
Los datos de VesselsValue demuestran cómo el tiempo de espera de los buques cisterna, graneleros y portacontenedores ha subido de forma abrupta.
El segundo de los problemas es que miles de contenedores se apilan en el puerto poniendo de nuevo en jaque la cadena de suministros global justo cuando los analistas confiaban en su recuperación tras lo sucedido durante la pandemia.
Seguiremos al pendiente del desarrollo de los hechos en la ciudad china.
Fuentes: www.bbvaresearch.com – Ig. @eldiario
